
Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡mis amigossssss¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ahí estánnnnnnnnnnnn¡¡¡¡¡miradlossss¡¡¡¡¡¡mientras las megelas hacíamos millas,eso sí, menudos taxistas nos echamos a la caraaaa¡¡¡¡yo le propuse a mi meg de darnos ocho vueltas a la comarca, pero no era plan, pues bueno, los coxinos estos sentados al sollllll.....o a la luna llena de los lobosssssss¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡El que duerme es el torito y el de al lado Veiga. Ayyy Ejther¡¡¡¡¡sí, definitivamente Torrevieja es pa jóvenes¡¡¡¡
Tras recorrer todo el paseo marítimo atestado de viejunos, darles de cenar a sus Ilustrísimas y aguantar que miraran el culo y el escote a cuanta mujer se topaban, dejando el hueco a la camarera justo al lado de ellos sin opción (qué estrategas tan sibilinos¡¡¡), acompañar a Rafa pa q saque dinero y dar varias vueltas en busca del bar Monroe q da título a este texto, por fin conseguimos aposentarnos en dicho recinto y pasar allí el resto de la noche.
Entre música heavy, fotos de Marilyn por todos lados, una antigua compi de insti , q m dijo q estaba igualica q entonces (claro¡) q ni m acordé hasta el dia siguiente de quién era pero q fingí mu bien mi alegría al verla, gente de edades comprendidas entre los 16 y 85 años, por fin estos seres venidos del más allá consiguieron su objetivooo¡¡¡¡:cazar a una mujer¡¡¡¡¡¡¡¡¡Aunq he de decir en honor a la verdad que fue el Torito el elegido.
Pero he de confesar que quedó más prendada de ella mi meg que ellos. Me explico.
La señora tendría unos 55 años, rubia, vestido negro de tirantes, sentada a la barra y birra sin fin en su mano, es decir, borracha perdíaaaaaaaaaa¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡solo así pudo fijarse en ellos¡¡ayyyyy¡¡¡¡¡¡¡¡¡Mi meg, mujer sin sentimientos, quedó conmovida ante la visión futura de su persona. Sí, confesó que así sería ella. Y se enterneció por primera vez en su vida...aaahhh¡¡fue tan bonito¡¡
Tras intentos frustrados de ligar con unas nenas encueradas y de generoso escote que jugaban al billar con sus parejas y de mirar con lascivia sus movimientos, vamos, babear descaradamente, tras dejar de respirar ante la visión de una caribeña supermegaexcesiva en sus carnes y en su delantera, uf¡¡yo sufría cuando se agachaba para tirar¡¡¡, no tuvieron de otra que conformarse con la rubia madurita y ebria.
Momento mágico: ellos a su espalda. Ella se volvió lentamente pq si lo hacía de otro modo se daría de morros en el suelo, tirante bajado sensualmente, ojos entrecerrados, idos diría yo, mirada en el horizonte, sonrisa.....y examen de rayos X de arriba a abajo, culo y paquetito incluído, a los dos golfos estosssssss¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡madre míaaaaa¡¡¡¡¡Veiga con su acostumbrada astucia ni cuenta se dio, pero el Torito, que no hace ascos a nada, le sonrió descaradamenteeeee¡¡¡¡¡¡¡ayyyyyyy¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ya los tenía en el sacoooo¡¡¡¡Menuda gloriaaaaaaa¡¡¡¡
Pero la hora se echó encima y tuvimos q irnos. Nunca se olvidarán el uno del otro. Ni mi meg de ella...
En fin, como colofón a la noche nos hicieron acompañarles al coxe q según decían estaba cerca y que en realidad ni sabían donde estaba. Tras 245 vueltas por la ciudad dimos con él y alegre al ver q mi coxe estaba donde lo dejé, salimos de allí como alma q lleva el diablo y con la promesa de no volver.
Bueno, siempre nos quedará............el Monroe y su rubia viejuna Marilyn.