lunes, 7 de febrero de 2011

Brindo por las mujeres que derrochan simpatía...

Una vez más he vuelto a triunfar en Granada. Es lo que tiene haberse hospedado al lado de la plaza del triunfo, todo un presagio para los acontecimientos que debían suceder las dos noches siguientes.

Ivana desató el combate la primera noche cuando intentó flirtear con unos chicos despistados, insensatos e incautos que solo querían una buena charla con una persona normal pero que se encontraros con la perla del albaicín, la niña con más arte y tronío que ha pisado las calles de Graná. Supongo que precisamente por pisar esas calles infestadas de mierdas de perro se le pegó a la perlita ese hedor nauseabundo que cavó su propia tumba, o fue eso o fue que a los zagalicos se les pasó la cogorza y le vieron la cara, el caso es que rápidamente huyeron y no se les volvió a ver el pelo.

Con esto y un tarado que no paraba de mirarla y desnudarla con la vista en un local de tapas durante la segunda noche la joya del Vinalopó se dio por satisfecha y consideró que había dado una lección de seducción.

Cuenta la leyenda que también sucedió algo con un cubano... Bah, supongo que es una historia sin interés ni visos de realidad, como que aquella patraña de un italiano guapo y rico que la embelesó con sus palabras y la montó en su corcel blanco para llevarla a su palacio de Firenze.

Mientras tanto, sin tener que recurrir a mentiras sobre mi edad y otras zarandajas, yo me mostré tal y como soy, un chico encantador, atento, apuesto, éxtrovertido, simpáticos, de agradable conversación, ágil en mis movimientos y grácil en mis danzas. De esta manera, una vez más, conseguí entablar una gran amistad con una dulce y bella señorita que cayó rendida a mis pies.

Reconozco que no tengo competidor, que es muy sencillo ganar una batalla cuando tu adeversario dispara fuegos de artificio, por eso no me siento especialmente orgullos de haber triunfado en la campaña de Andalucia y emplazo el nuevo combate para las tierras lusas del Norte. Curiosamente Oporto es conocida como la ciudad invicta, así es como me siento yo... tal vez tenga que buscar un adversario de mi categoría.

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